Te ví acompañada hoy…
Y al pasar cerca de mi, pude observar en los ojos de tu acompañante
un brillo que no lo produce el acompañar a una simple amiga;
Ese brillo me era familiar,
Sabía exactamente que lo producía,
El también me miro y al ver como te miraba
Perece que notó ese mismo brillo en los míos.
Entonces la realidad me despertó de golpe:
“No soy el único que tiene ojos para admirar tu belleza”.
Tengo compañía, o más bien rivales.
Les volví a mirar al alejarse, su mirada y la mía se volvieron a encontrar y esta vez con tono desafiante…
Me figuré de pronto en un óvalo olímpico; Éramos Atletas, él y yo, más para mi sorpresa no éramos sólo nosotros los únicos que competíamos; habían otros participantes sin rostros. El evento lo era todo para nosotros:
1,000 Metros Planos por el Oro del amor de ella.
Todo vale en la pista siempre y cuando ella no se entere, pues podríamos ser descalificados.
No habrá segundos lugares, ni medallas de plata, ni premios de consolación. Llegar detrás no significa ser el segundo mejor, es simplemente perder la carrera.
Como si el pensamiento hubiese sido común a ambos, mientras se alejaban te tomo de la cintura y mirándome sonrió creyéndose ganador.
Entonces me miraste mientras simulabas acomodar tu pelo tras tus orejas. Y entonces dije para mis adentros:
“Sonríe idiota, la carrera apenas empieza…”
1,000 Metros Planos.-
Autor: Reynaldo Cruz Rijo,
25 Marzo 1994
PRIMER ANIVERSARIO
Hace 15 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario