Con el paso de una generación a otra y la aceleración exponencial
en la forma de relacionarnos que ha traído consigo la tecnología, encabezada por el
Internet y los dispositivos “inteligentes”. Todos aquellos de nosotros que a la fecha de emision de este post pasamos los 40 años, estamos siendo testigos, de como se está cerrando una era y va naciendo otra.
Aunque eso de que “algo termina y algo comienza” parece un cliché --si algo acaba, obviamente algo debe
continuar o “suceder” a lo concluido-- estos son dos grandes eventos en
los que cada uno es, en sí mismo, un gran acontecimiento que podriamos analizar a profundidad; pero no en este momento...
Hoy deseo detenerme en algo que entiendo, que con la acelerada marcha de esta “Evolución generacional”, se ha ido
perdiendo entre nosotros los seres humanos.
La humanidad en sentido general, vive en unas condiciones privilegiadas, no por asuntos economicos, sino por los avances que cada generación a entregado a la siguiente. Lastimosamente, hemos asumido estos privilegios como
elementos “por defecto” en nuestras vidas y círculos sociales, lo que nos ha
llevado gradualmente a “no valorar” apropiadamente lo que como humanidad hemos
logrado con el paso de los años (siglos en realidad). Es lo que yo llamo manejar nuestra vida en “Piloto Automático”.
Pongamos el ejemplo de un electrodoméstico: la estufa… Ese
maravilloso artefacto, que, con un simple movimiento de manos es capaz de
producir Fuego.
No se requiere de leña o carbón apilados en una
esquina de la casa, ni toda una odisea para producir la chispa que inicie todo el
proceso.
Waooo!,
¡¡¡Mágico!!!
Y qué decir de las más modernas, que pueden ser activadas con comandos de voz o remotamente gracias al IOT(1). --En realidad, los avances han sido tantos, que el propósito del referido artefacto se ha refinado mucho, hasta el punto de limitarlo a lo estrictamente necesario: Generar calor! (la llama que generan algunos modelos aun existentes, no es un atributo necesario para la finalidad principal de este electrodoméstico --adicional a los riesgos de seguridad que supone su manejo en hogares con niños y envejecientes).
¡¡¡Mágico!!!
Y qué decir de las más modernas, que pueden ser activadas con comandos de voz o remotamente gracias al IOT(1). --En realidad, los avances han sido tantos, que el propósito del referido artefacto se ha refinado mucho, hasta el punto de limitarlo a lo estrictamente necesario: Generar calor! (la llama que generan algunos modelos aun existentes, no es un atributo necesario para la finalidad principal de este electrodoméstico --adicional a los riesgos de seguridad que supone su manejo en hogares con niños y envejecientes).
Así, como la estufa existen otros ejemplos de elementos
que hemos incorporado a nuestras vidas con un propósito que nos hace las cosas
más simples, más cómodas, más placenteras...
En algunos casos, las personas entienden que ellos “se
han ganado” ese privilegio, o que “pagan” por ellos (gustosamente, o con
sacrificios, según sea el caso), ya que les permiten ocuparse de otros asuntos "mas importantes" que puedan requerir de su atencion. Lo cierto es, que nos hemos acostumbrado tanto
a tenerles entre nosotros, que nos hemos olvidado, menospreciamos, o no somos
conscientes del privilegio que implica poder tener acceso a esas facilidades…
Debo aclarar en este punto, que no se trata de vivir reverenciando cada cosa que las generaciones nos han legado, sino de tener presente el beneficio que esas cosas aportan a la vida que llevamos hoy dia y hacer que eso valga la pena...
Energía eléctrica, alcantarillado pluvial y sanitario, disposición
de desechos, vías y medios de transporte, solo por citar algunas de las
facilidades básicas de toda la humanidad… pero que en aras del progreso hemos
olvidado lo importante que son y su grado de incidencia, y de dependencia, en
nuestras vidas…
Ese piloto automático, que se inyecta desde el tetero (biberón) a las nuevas generaciones y que influye en nuestra falta de gratitud. Ese mismo piloto automático, que aumenta nuestras ambiciones
por “tener más”, que nos genera frustraciones cuando no es así, que pretende minimizar los grandes avances que
como humanidad hemos logrado(2) y que adormece nuestra capacidad de asombro. Ese que se disfraza de cotidiano, es el brazo ejecutor del mayor enemigo de la raza humana: La Rutina!
Enganchemos en este punto con la idea de la "Evolucion generacional":
Debemos buscar la manera de apagar ese "piloto automático", o al menos, no dejar que su función de “automatizar” (dar por sentadas ciertas cosas), nos impida estar conscientes de ellas (esas cosas!), de su valor, de sus aportes a la vida que podemos exhibir hoy dia.
Debemos buscar la manera de apagar ese "piloto automático", o al menos, no dejar que su función de “automatizar” (dar por sentadas ciertas cosas), nos impida estar conscientes de ellas (esas cosas!), de su valor, de sus aportes a la vida que podemos exhibir hoy dia.
Si!, necesitamos que las generaciones actuales y futuras,
hagan un alto, o al menos propiciar la desaceleracion del ritmo que lastimosamente nos hemos auto-impuesto de manera que nos permitamos “disfrutar” de lo que ya hemos recibido…
Recuerdo que una vez leí un libro (“El Alquimista” de Paulo Coelho), en el que una persona tuvo una visión sobre un tesoro y realizó toda
una travesía tras el mismo; para finalmente encontrarlo, en el mismo lugar
donde vivió toda su vida. Ciertamente que la travesía puede contribuir a
valorar lo que ya tenemos cerca. Es ahí donde nos toca trabajar. Crear consciencia
del camino recorrido: --aunque las huellas que veamos tras nuestros pasos, no
sean necesariamente las nuestras, no significa que no se ha avanzado en el
camino—
Si queremos que ésta y las generaciones por venir sean
mejores seres humanos, es imperativo, que les enseñemos a apagar el piloto
automático de sus vidas. Para esto, propongo un ejercicio sencillo --aunque el éxito
del mismo dependerá, como siempre, en que se haga frecuente y conscientemente:
Al referirse a cualquier cosa, indique inmediatamente su finalidad. Por ejemplo, si va a pedir un vaso de agua del refrigerador, en lugar de solicitarlo así:
Al referirse a cualquier cosa, indique inmediatamente su finalidad. Por ejemplo, si va a pedir un vaso de agua del refrigerador, en lugar de solicitarlo así:
“Por favor tráeme un vaso de agua de la nevera”.
Hágalo de esta manera:
“Por favor, tráeme un vaso de agua, de ese maravilloso
artefacto que la mantiene siempre fresca”…
El ejercicio persigue resaltar la finalidad por encima
del nombre de cada cosa…
(Ya había escrito algo como esto antes (3)).
Lo interesante de este ejercicio, es que, a medida que nos acostumbremos a usarlo, veremos que no solo aplica a electrodomésticos y enseres
tecnológicos, también es perfectamente aplicable a las personas:
“Vida mía”, “Mi
corazón”, “lo más bello de papá”, “La princesa de mami” …
¡¡¡Pero, un momento!!!
¡Esto sí que ya lo hemos escuchado antes!
¡Muy
probablemente!
Lo
diferente, es que ahora no se dice como una fórmula producto de la costumbre,
sino fruto de un ejercicio que imprime conocimiento de causa (consciencia) a lo
que se está diciendo, y en el mejor de los casos, se hará acompañar de otras acciones
más efectivas contra el referido piloto automatico, tales como una cálida mirada,
un tono de voz dulce, un gesto o una caricia…
Vamos..
Sumemos a las corrientes protectoras del medioambiente, de los animales y del
respeto a la vida, esta forma consciente, agradecida y empoderada de
vivir.
Que este sea el sello que distinga a los recien llegados a la vida!!!
(1) IOT (en inglés, Internet of Things, abreviado IoT;) Internet de las Cosas, es un concepto que se refiere a una interconexión digital de objetos cotidianos con internet. (Wikipedia).
(2) Aunque la desigualdad social fomentada por los poderes económicos
también tienen cuota importante en esta situación.
(3) Si Quieres ser feliz, se Agradecido, Pero si ya nos envidian!, Mirarse a los ojos, Generando Felicidad.
(3) Si Quieres ser feliz, se Agradecido, Pero si ya nos envidian!, Mirarse a los ojos, Generando Felicidad.
Piloto Automático
Autor: Reynaldo Cruz Rijo
Junio 2020