sábado, 2 de octubre de 2010

Blanco y Negro

Hoy todo para mí es Negro
y mucho mas lo es para ti.
Yo solo perdí la vista,
Tu la Vista y el Vivir.

Es Increíble…
Hace unas pocas horas éramos tan felices…
No lo puedo cree!!!

Aun escucho las notas nupciales
Y la queda voz del cura….
Aun me parece verte con tus ojos llenos de lágrimas
Y tu mía boca decir “Acepto”.

Aun puedo verte levantar el velo…
Aun me parece estar besando a mí ya esposa.

Aun veo y escucho la lluvia de flores y de voces que
Coreaban “Que vivan los recién Casados…”

Puedo escuchar el estrépito de las latas amarradas
al auto y me parece ver los rostros llorosos pero felices
de nuestros padres que nos despiden
desde la puerta de la iglesia…

Camino a la luna de miel
Es cuando no recuerdo nada…
Solo sé que algo nos dio
Y caímos a un barranco…

Hoy todo para mi es blanco,
Hoy me casaré de nuevo…
Mi novia será la misma…
La boda será en el Cielo.



Blanco y Negro.-
Autor: Reynaldo Cruz Rijo,
11 Octubre 1987

sábado, 5 de junio de 2010

Mis Memorias XXXVIII (Dr. House).-

En un capítulo de la Serie de Televisión Dr. House --Episodio 9 Temporada 6, titulado: 'Wilson' para ser exactos-- el Dr. Wilson (Jefe de Oncología en la Serie) se encuentra de caza con Tucker, un amigo de su juventud al cual un tiempo atrás le habían diagnosticado un Cáncer que le daba 6 meses de vida, pero que gracias al Dr. Wilson logró superar, restableciéndose totalmente.

Tucker le cuenta que se divorció de su esposa y que ahora es muy feliz con una novia mucho mas joven.

El Dr. Wilson, algo asombrado le recrimina como fue posible que rompiera un matrimonio con una mujer con las cualidades de su hoy ex-esposa y la hija de ambos. Le recordó, que cuando él estuvo luchando con aquel cáncer que casi le lleva a la muerte ellas siempre lo apoyaron y nunca se separaron de él...


El asunto es que en el devenir de la trama, Tucker cae nuevamente enfermo, por lo que le someten a muchos estudios para ver que le ocurre --se tenía el temor de que el cáncer pudiera haber reaparecido.
Ante esta situación, se presentan al hospital su ex-esposa y su hija quienes de inmediato abordan a los médicos sobre el status de su familiar y le aportan a estos datos clínicos –basados en sus vivencias con el paciente en su trauma anterior.
Tucker, al ver como su Ex–esposa maneja todo lo referente a su salud en procura de su mejoría, decide que sea ella y no su novia actual quien le represente como miembro autorizado en caso de requerir una aprobación de urgencia. --Esto alegró mucho al Dr. Wilson.--

Luego de muchos estudios se determinó que la causa de sus males eran problemas con su hígado, el cual había resultado muy afectado por las quimioterapias de su anterior cáncer. La única salida era encontrar un donante.
Al no aparecer ninguno, el Dr. Wilson, –a pesar de las críticas de sus colegas, especialmente del Dr. House, decide ofrecerse como donante, pues es 100% compatible y al ver como la familia de su amigo se había vuelto a unir, se sentía culpable de que la misma no se mantuviera pudiendo él hacer algo para evitarlo, aun cuando el precio fuera tan alto como una parte de su hígado.

En efecto el trasplante se realizó de manera satisfactoria y su amigo-paciente se recuperó totalmente.

Pero aquí no hay final feliz…
Ocurre que al verse totalmente recuperado, Tucker “despidió” a su familia y se reconcilió con su novia.
Ya saliendo del hospital, Tucker se encuentra con su salvador pero decepcionado amigo Wilson, y al verle así, intentó alentarlo agradeciéndole una vez más lo que había hecho por él y a modo de justificación le dijo lo siguiente:
“Las personas que queremos a nuestro lado cuando estamos Muriendo, no necesariamente son las mismas que deseas junto a ti cuando estas Vivo.”

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Llevando este tema ficticio y de Película a nuestra vida cotidiana procurando sacarle partido para nuestro crecimiento personal, les dejo unas preguntas a modo de ejercicio reflexivo:

• Debe la gratitud ser puesta por encima de la atracción personal. O sea, debería yo estar con una persona, solo porque ésta es buena conmigo y/o se preocupa por mí? (No estaría siendo falso y conformista solo por ser “agradecido”?) O visto desde la otra acera: Debo estar con una persona solo porque esta me atrae? (No estaría siendo egoísta y aprovechador?).
• Debo pensar e incluso exigir a una persona que haga lo que YO desee, porque “sacrifiqué” o “invertí” una parte de mí en esa persona o en su situación? (Esta pregunta es buena, muy particularmente si la enfocamos desde dos puntos de la montaña: Como Hijos respecto a mis padres y Como padres respecto de nuestros hijos).
• Sabiendo lo ocurrido. Volvería a ayudar a una persona que me haya pagado de esa forma? TIP: Por que será que este tipo de sacrificios son respetados y muy bien valorados cuando se refieren a Jesucristo, pero no así cuando aplica a nosotros y nuestras circunstancias?
• Debería sentirme mal por negarme a dar tanto --“medio hígado”-- por una persona, sin tener garantía alguna de gratitud o recompensa. (entiéndase por “medio hígado” sacrificar cosas materiales “NO superfluas”, sino cosas que nos afectarán seriamente en lo adelante). Estaría acaso entrando en contradiccion con mis creencias cristianas por negarme?


Mis Memorias XXXVIII (Dr. House).-
Reynaldo Cruz Rijo,
Junio 2010.-

viernes, 4 de junio de 2010

Reflexión de Película (¿Por qué siempre estas detrás de mí?).-

En esta ocasión me referiré a un dialogo extraído de la película Mi Querido Presidente (The American President , Michael Douglas, Annette Bening, Martin Sheen, Michael J. Fox, 1995).

De esta película hay dos diálogos que pretendo comentar (lo haré en entregas separadas porque enfocan temas muy diferentes). Curiosamente, ninguno de los dos esta directamente ligado a la trama principal de la película, es por esta razón que dejaré de lado lo relativo al resumen de la película e iré directo a lo me interesa comentar.
Aunque para los que deseen aquí les dejo un ‘Trailer’:




El dialogo de esta película al que hago referencia ahora, se extrae de una discusión entre el presidente de los Estados Unidos de Norteamérica Andrew Shepherd (Michael Douglas) con su viejo amigo y jefe de Campaña A. J. (Martin Sheen).

Abrumado por una ola de críticas hechas por su oponente en la contienda electoral por la presidencia del país, basadas en su relación amorosa con Sydney Ellen Wade (Annette Bening), el presidente, pondera con A. J. como esto le afecta a su imagen en la lucha electoral y en lo personal…

En cierto punto de la conversación el presidente se incomoda con su amigo y le recrimina diciendo --Traducción no literal-- :

Andrew Shepherd (El Presidente):
- Es muy fácil para ti hablar y opinar sobre todo esto ‘desde el asiento de al lado del chofer’.

En estos 25 años que tenemos haciendo vida política nunca he visto TU nombre en una boleta electoral. así si es bueno, ehh!!, ¿Por qué siempre estas detrás de mí?

Entonces A. J. le responde:
- Porque si YO no estuviera detrás de ti en todo este tiempo, serías el Profesor de Historia mas Popular de la Universidad de Wisconsin.
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Las palabras de A. J. son una forma muy elegante y diplomática de hacerle ver a su Jefe y Amigo que todo el éxito que políticamente ha tenido, hasta el punto de ser Presidente de los estados unidos de norteamérica, se lo debe, en gran medida, a las personas que siempre han estado detrás de él.
(He aquí la reflexión ‘De Película’).


Independientemente de nuestros conocimientos, destrezas y talento personal, debemos tener un corazón lo suficientemente agradecido como para reconocer el mérito de aquellos que han estado detrás de nosotros dándonos soporte, alentándonos a seguir adelante en la lucha por alcanzar una meta.

Ser agradecidos es un deber que cuando se ejerce da frutos inmediatos…


Reflexión de Película (¿Por qué siempre estas detrás de mí?).-
Reynaldo Cruz Rijo,
Junio 2010.-

jueves, 6 de mayo de 2010

Reflexión de Película (Pero si ya nos envidian…).-

Quiero estrenar una nueva sección de este Blog. La misma consiste reflexiones realizadas sobre diálogos o situaciones ‘de Películas’.

En esta primera entrega, comparto con ustedes un interesante ejercicio mental sacado de la película Un Hombre de Familia
(The Family Man, Nicolás Cage, Téa Leoni, 2000).


Para quienes no la han visto, el resumen de la trama es más o menos así:

Jack Campbell (Nicolas Cage) es un ejecutivo financiero de éxito en la ciudad de Nueva York. Tiene todo lo que puede desear gracias a su elevado status y su dinero, y las mujeres no le faltan... pero su vida sentimental es un vacío. Hasta que tras una sorprendente noche, despierta dentro de una vida que no es la suya... (o tal vez sí).
Se trata de la vida que hubiera tenido de haber tomado en su día la decisión de quedarse con su antigua novia en su ciudad de siempre, en lugar de abandonarla para viajar a la metrópoli en busca de éxito.
Se encuentra, pues, casado con Kate (Téa Leoni), con dos hijos, en una casa corriente y con un trabajo corriente. Lo que al principio parece una locura de la que desea escapar pronto, le conquistará el corazón por encima de cualquier lujo pasado.
Una vida de hombre de familia, rodeado de amor y amistad, cariño y ternura, infinitamente superior a cualquier exceso material de los que ha creído disfrutar durante su vida de exitoso hombre de negocios.



The Family Man


La parte que origina esta entrada en el blog viene del dialogo cuando Jack intenta convencer a Kate de dejar los Suburbios de Nueva Jersey para mudarse (toda la familia) a una zona céntrica de manhattan—donde le han ofrecido un empleo muy bien remunerado.
El dialogo es más o menos así (Traducción no literal):
Jack dice:
- Piénsalo Kate. No mas Restaurantes baratos y piojosos,
no más cupones de recorte,
no más palear nieve. (o sea, no mas “pela” de pobres…)

- Acaso no puedes imaginartelo?,
Estoy hablando de que finalmente tengamos una vida
que todo el mundo nos envidie.

a lo que Kate responde mirándole a los ojos:
- Pero si ya nos envidian, Jack…

Lo que vale recalcar aquí es la gran diferencia del concepto “Felicidad” que tienen Jack y Kate.
Para ilustrar mejor mi punto de reflexión, imaginemos que lo que Jack desea es “un juego de Comedor de Caoba” –pues es mas bonito, elegante, resistente y duradero que el tienen en la casa actualmente (que no está dañado, pero es de pino). (obsérvese que los atributos del nuevo comedor no son necesariamente un invento justificativo); El asunto está –le diría Jack a Kate-- en que para tenerlo, tenemos que mudarnos “a Pedernales”(léase: Bien lejos)…
A lo que Kate, con una clara y desapasionada visión de la finalidad del mueble en cuestion y del "precio" que costaría (mudarse tan lejos solo por un comedor en Caoba) le responde: “Pero si ya tenemos un comedor…”

Que conste, que las intenciones de Jack no son malas… Pero él está asociando el “ser felices” a asuntos meramente materiales (los atributos del comedor), ignorando totalmente los aspectos sentimentales involucrados en una decisión de esa magnitud (la finalidad del comedor).

Y es que casi siempre ocurre que en la búsqueda de aquellas “comodidades” materiales terminamos --como Jack-- confundiendo “el Objetivo” o sea, no pudiendo distinguir los atributos de la finalidad de nuestras decisiones.

No se trata de ignorar el hecho de que mantener una familia implica costos que “se pagan” con sacrificios…
Tampoco se trata de llevar una vida en extremo austera ni conformista…
Se trata de ver la Finalidad por encima de los atributos…
De no frustrarnos por no tener todo lo que deseamos, sino de valorar y agradecer lo que todavía tenemos y que otros lamentablemente no tienen…
Ser feliz no debe depender de lo que tengo en mis manos, sino de lo que se vé en mis ojos...


Reflexión de Película (Pero si ya nos envidian…).-
Reynaldo Cruz Rijo,
Mayo 2010.-

sábado, 10 de abril de 2010

Mis Memorias XXXIV (Memento Mori).-

Memento mori es una frase latina que significa "Recuerda que morirás" en el sentido de "Recuerda que eres mortal".
La frase tiene su origen en una peculiar costumbre de la Roma antigua. Cuando un general desfilaba victorioso por las calles de Roma, tras él un siervo se encargaba de recordarle las limitaciones de la naturaleza humana, con el fin de impedir que incurriese en la soberbia y pretendiese, a la manera de un dios omnipotente, usar su poder ignorando las limitaciones impuestas por la ley y la costumbre.
Fuente : Wikipedia.
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Confieso que una de mis más encarnizadas batallas “conmigo mismo”, es la que he declarado contra la vanidad.

Me he propuesto llevar una vida algo menos acelerada y con más desapego a las cosas, intentando priorizar en las relaciones mas que en las posesiones

Esta forma de ser no es muy popular en la actualidad. De hecho contrasta y se contrapone al estilo de vida que se nos vende hoy día; por lo que se corre el riesgo de ser etiquetado de “conformista” , ya que no se concibe progreso si no hay forma de presumir de él...

No quiero en esta “Memoria” referirme a los detalles de estas luchas, ni contar mis experiencias de “guerra” cual veterano de Vietnam...
Quiero en esta ocasión referirme de manera autocrítica a mi –en ocasiones— errado proceder en algunos de mis pocos momentos de “victoria” contra la vanidad: La Soberbia.

Ocurre que en esta lucha, no hay escalas de medición de progresos.
El solo hecho de buscar mecanismos de “comparación” constituye de por si una vanidad…

No se puede decir “estoy en el nivel 3 en anti-vanidad” o “yo sé de eso porque tengo X años en esta lucha”.
Es un asunto de atención constante, ya que puede suceder que después de un correcto proceder en un momento particular de la lucha… en el minuto siguiente cometamos faltas infantiles y básicas…

Pero inevitablemente ocurre –como me pasó hace poco— que uno se cree calificado y con autoridad para juzgar hechos y acciones de otras personas y esto lleva a la soberbia… a la arrogancia…

Para intentar salir airoso en los enfrentamientos contra la vanidad, más que apelar a la fuerza o al talento personal, se necesita de equilibrio y humildad.

Equilibrio para mantenerse en la delgada línea de batalla que de un lado presenta lo vano y del otro la arrogancia y la Humildad, tanto para aceptar los progresos en la lucha, como para reconocer cuando se ha caído a cualquier lado de la línea y procurar nuevamente alcanzarla y mantenerse en ella.


Con esto en mente, vayamos con coraje a la contienda y en el caso de avances en la lucha, pidamos a Dios que susurre en nuestros oídos una y otra vez “Memento Mori”, “Memento Mori”... para reconocer nuestra condición humana y evitar así caer al otro lado de la línea de batalla.

Mis Memorias XXXIV (Memento Mori).-
Autor: Reynaldo Cruz Rijo
Abril 2010

sábado, 13 de marzo de 2010

Internet Mail-Sent I

Mis Memorias (Internet Mail-Sent I—La Muerte--)

Revisando mi bandeja de correo electrónico en procura de hacer espacio, he encontrado una serie de reflexiones que hiciera con personas muy cercanas y queridas por mi.

Quizá pecando de indiscreto, pero sin la intención de restar intimidad a los correos originalmente enviados, me permito hacer público parte de los mismos –en algunos casos añadiendo comentarios que no figuran en los originales--. Todo esto esperando que dichas ideas y reflexiones puedan ser de provecho para quienes se asoman a esta humilde ventana abierta en el ciberespacio.


La Muerte

Mucha gente cree que la muerte es un capitulo único en la vida....
no es así...
La muerte es mas bien "el último" capitulo del esquema terrenal;
Pero quien al momento de enfrentarla lo considere algo "único" se equivoca.
Como equivocado estará si la enfrenta con resignación y con temor...

A diario tomamos lecciones similares a "la muerte"...
Morimos cuando al ver a nuestra pareja no vemos en sus ojos el brillo que otrora nos quitara el sueño...
Morimos cuando saludamos a los demás sin levantar la cabeza...
Morimos cuando ponemos en nuestras bocas palabras que no están en nuestro corazón...
Morimos cuando hablamos de nuestros buenos amigos y gratos momentos en verbo pasado...

Morimos cuando la prisa por llegar a casa, está marcada por la hora de inicio de una telenovela o una Serie de televisión, mas que por llenar el tanque de nuestro corazón con la gasolina “Sin Plomo” servida en el dispensador de la sonrisa de los hijos, la esposa, la madre, o incluso de la cola vibrante del “guardian“ del hogar.


Si así nos ha pasado, la muerte no debería tomarnos por sorpresa...

lunes, 4 de enero de 2010

Mis Memorias XXXI (El Paraguas).-

Un día nublado y con lluvias, mientras estaba en el lugar de trabajo de un amigo donde se vendían artículos promocionales de la empresa donde este trabaja, Observé que entre los artículos habían paraguas. Así que, dispuesto a adquirir la herramienta que me proteja del clima pronosticado para toda la temporada le pregunte por el precio para cerrar el trato.

--Valen RD$300.00 cada uno, respondió mi amigo.

El artículo en cuestión se veía de calidad, pero aun así el precio me pareció un tanto elevado, según mi punto de vista y conocimiento del mercado; sobre todo tratándose de un artículo promocional, por lo que procedí a externar la queja sobre el precio a mi buen amigo.

Este me miró, como si entendiera que dicho argumento no justificaba la queja y restándole importancia --aunque sin mostrarse apático a realizar la transacción--, pronunció las siguientes palabras, que contienen la reflexión de este escrito:

--"Si tan costoso te parece, cuando este lloviendo, colócate los RD$300.00 sobre la cabeza e intenta protegerte de la lluvia..."

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El asunto aquí no radica en el valor “real” del artículo, pues bien pudo concluir con la decisión de adquirir el paraguas en otro lugar donde la relación precio/calidad me deje satisfecho y punto; La reflexión viene del hecho de mi reacción “natural” a la queja –típica del Dominicano podría decirse – y la anteposición del valor económico a la Finalidad del bien en cuestión.

Es así, nos pasa con frecuencia hacia ambos lados de la barra de precios, en ocasiones, como la citada aquí, damos “más valor” al costo que a la función, pero en otras, gustosamente pagamos en exceso “por la marca” y la exhibimos con un orgullo más basado en el hechavainismo (comparonería o vanidad –para mejor compresión de los no nacidos en Quisqueya) que en los atributos de calidad o funcionalidad del referido artículo.

Sería ingenuo de mi parte pretender que con esta breve narración, se despierte en quienes lo están leyendo, sentimientos que llamen a la búsqueda constante y persistente de la sencillez y al predominio de la razón sobre la vanidad, como fórmula para la felicidad.
Me conformaría con el hecho de que, ante la próxima ocasión de “comprar algún bien”, se acuerden de ésta anécdota y se figuren a ustedes mismos corriendo bajo una fuerte lluvia cubriéndose la cabeza con el dinero que puede costarle “el paraguas”.



Autor: Reynaldo Cruz Rijo
Diciembre 2009