Sin temor a equivocarme, diría que uno de los mayores
crímenes que le he permitido a la rutina en estos últimos años, ha sido el
perpetrado contra mi costumbre dominical mañanera de escuchar mis temas
musicales favoritos.
Iniciando entre las 7:15
-7:30 de la mañana de por lo menos un domingo al mes y por espacio de 1, 2 y en
ocasiones hasta 5 horas desfilaban por cada rincón de la sala de la casa piezas
musicales --por lo general especialmente colocadas una antes que la otra y
aquella como antesala a la siguiente... cada una contentiva de una historia,
sabores, colores, olores, de lugares, de recuerdos, deseos, esperanzas o
añoranzas…
La jornada iniciaba
haciéndose acompañar los acordes musicales con una taza de café recién hecho,
luego seguía el desayuno y según el caso, se alternaba el placer de escuchar
las canciones con cualquier tarea casera que pudiera corresponder “al hombre de
la casa” en una mañana de domingo…
Los temas seleccionados,
variaban en el orden y selección según fluyera en el ambiente: boleros,
románticas, jazz, bosa nova, blues, Pop –en español o en Inglés, música de
contenido social, salsa, merengues, bachatas, música típica, clásicos, los
80’s, los 90’s, juveniles o de bien, bien atrás… En fin, un universo musical
para los más variados sentimientos que se daban cita por aquel escenario…
La selección para un día
en particular, podría ser completamente diferente a la anterior y/o a la
próxima –aunque como siempre ocurre, habían las “Súper favoritas”… que sonaban
siempre…
De entre esas favoritas,
hay una --la que presento aquí--, que como dice uno de mis hermanos viene a ser
el “Himno Nacional” con que SIEMPRE daba inicio a aquellos desfiles de
experiencias musicales…
Sin importar el estado de
ánimo que pudiera marcar la pauta musical de cada jornada, para mí era
necesario… como un tributo o una “acción de gracias”, colocar este tema para
iniciar el convite de sentimientos y emociones que se darían cita allí. Poniendo
por primero, el más puro, invariable y siempre “In-Crescendo” de mis afectos…
De la mano de este Post, le hago saber a “la rutina”,
que por tanto tiempo me separó de aquellos placeres que justo ahora –mientras escribo
estas líneas— y con la sola evocación de una de las canciones del repertorio –aunque
por mucho, una de las predilectas-- ha convocado a TODOS estos sentimientos que
co-habitan conmigo, para declarar que no hay crimen alguno en lo ocurrido… Que esa
“Pausa”, lejos de debilitar mis cimientos, me han ayudado a fortalecerlos y con
la suma de nuevas emociones de años recientes y de la mano de los avances de la tecnología
(internet, YouTube y redes sociales, etc) lo que está por venir, será épico…
Letra : Pavel Nuñez
Letra y Música: Canción de
Cuna –Pavel Nuñez.
Reynaldo Cruz Rijo
15 Octubre 2016.-
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