Entre balas, que silbantes rozan mi cabeza, el estallido de bombas, campos minados y el estruendo de helicópteros enemigos que peinan la zona en búsqueda de posibles focos de resistencia…
Ante un panorama de humo, olor a piel chamuscada, pólvora y cuerpos mutilados, algunos inertes, otros gritando desesperadamente de dolor o simplemente pidiendo clemencia…
Ahí estoy yo, con heridas múltiples en todo el cuerpo, algunas de ellas críticas.
Con dificultad logro arrastrarme entre los cadáveres y los casquillos aun humeantes, hasta llegar al tronco de un árbol caído que me ofrece un respiro para organizar mis ideas, evaluar la situación y ponderar posibilidades…
Veamos: tengo fragmentos de granada y escombros en una pierna (por eso, además del fuego enemigo me arrastré hasta aquí), no puedo sostener mi arma pues creo que tengo algunas falanges sino rotas, al menos fuera de su posición. Mi visión es borrosa y un zumbido que amenaza con hacer estallar mi cabeza tiene anulado mi sentido del oído.
Entonces me pregunto:
Donde estoy?
Como llegué aquí?
Quien inició esta guerra?
Cual era mi misión?
Donde están los demás compañeros del batallón?
Que estratega tan estúpido arriesgaría sus mejores hombres ante enemigos tan poderosos? Es que acaso no se detuvo a sopesar las consecuencias.
Porque no negociar…
Porque no buscar una salida pacífica y evitar así tanto dolor y muerte…
No puedo sostener mi arma…
Y para mi desgracia, lo único que puedo escuchar mas allá del zumbido en mi cabeza son los pasos del enemigo acercándose…
Que hacer?
Rendirme?, Suicidarme?...
Luego de unas lágrimas de impotencia y de miedo ante un futuro inminente, guardo silencio un momento buscando esa paz que se hace presente ante la cercanía de la muerte…
Poco a poco, el dolor va desapareciendo…
Y comienzo a recordar…
Busqué entre los bolsillos de mi uniforme ensangrentado hasta que, del bolsillo izquierdo --el que está cerca del corazón-- saqué una foto…
La mire y sonreí…
Ya lo recuerdo todo. Porque estoy aquí… Como inició la lucha... Cual era la misión... Quienes son el enemigo… “El estratega estúpido”… Todo…
Con esa foto en mis manos recordé claramente que el sacrificio bien ha valido la pena…
Me alegré y agradecí que no hubiera negociación…
El enemigo está cerca…
ya me han visto…
Como pude me incorporé…
Eché una mirada al campo de batalla…
Pude reconocer los cuerpos de muchos de mis compañeros en el suelo, cubiertos de sangre y de escombros y pensé:
“No hemos ganado la batalla…
Eso ya sabiamos que era imposible…
Nadie le gana la guerra al tiempo y a la distancia.”
Miré nuevamente la foto…
Con orgullo la volví a colocar en el bolsillo izquierdo de mi uniforme --el que está cerca del corazón-- y dije para mí.
“Nosotros somos los Ganadores…
No seremos recordados como los que perdieron la batalla…
Sino como los que se atrevieron a luchar…”
Y con mis últimas fuerzas, empuñé mi arma, me puse en dirección al sol, --nuestra guía de orientación en la misión—y hacia donde estaban orientados los cuerpos de mis compañeros caídos y con un fuerte grito salté hacia él dando inicio y no fin a un ideal que nació entre simples compañeros…
A mis amigos de siempre.-
Mis Memorias XXXII (Desde El Campo de Batalla).-
Autor : Reynaldo Cruz Rijo
Octubre 2009
PRIMER ANIVERSARIO
Hace 15 años
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