Mis Memorias LXI: Ese Memorable Primer
Segundo Beso (That Memorable First Second Kiss).-
Ya
a las puertas del medio siglo vivido (a Dios sean dadas las gracias!!!), se
hace cada vez mas frecuente el acudir a los recuerdos para evocar esos sentimientos
elementales del ser humano que han dado forma a lo que soy. En este ejercicio
de recordar el pasado, la edad de nuestros hijos y sus situaciones cotidianas (adolescentes
en mi caso), nos lleva aun con mas frecuencia a evocar aquellos años pasados, para
hacer ejercicios mentales enriquecedores –no necesariamente con la finalidad de
aconsejar, que puede ocurrir, ni de criticar –que también ocurre, sino con la
sana intención de comparar situaciones parecidas en épocas diferentes, para
crecimiento de las partes involucradas.
El
caso que presento en esta ocasión es fruto de fragmentos de conversaciones que, de
manera involuntaria, he escuchado entre mis hijas y sus jóvenes amigas; pero que encendieron esa chispa de mis años juveniles que creía ya apagada –donde con lápiz y papel en mano me dejaba llevar por mi imaginación a escenarios románticos y de amores correspondidos. Cuando tenía cierta habilidad con la pluma; pero en realidad
éra totalmente inexperto “en la práctica” de besos en los
labios..
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Ese
memorable primer segundo beso.
¡¡¡Como
olvidar aquel día, si aún lo recuerdo como si fuera ayer!!!
Hora
de salida del colegio…
Como
de costumbre me quedé a esperar contigo que tu madre llegara a recogerte.
Entre
el chirrear armónico de las cadenas mientras nos columpiábamos a media marcha y en
sentido contrario uno del otro para poder hacer coincidir nuestras miradas, conversábamos
sobre cualquier cosa…
Poco
a poco la marcha de los columpios fue tendiendo a cero, hasta que decidimos que
necesitábamos algo más de privacidad --aunque solo quedaban dos o tres jóvenes más,
también a la espera de sus padres.
Nos
cobijamos, como solíamos hacerlo, a la sombra de un gran árbol al extremo Este de
la entrada principal del colegio… Nos reíamos de cualquier tontería que decíamos…
Entonces
ocurrió…
Intentaste
recostar tu espalda del tronco y por un error de cálculo en tu aproximación al árbol
(Quizá por mirarme atentamente mientras conversábamos) tus pies trastabillaron y
en acto reflejo, mi mano derecha buscó presurosa tu brazo para evitar la caída…
Vino
entonces usa pausa en el tiempo mientras nos mirábamos fijamente a los ojos. Si
bien el momento fue breve –me pareció una eternidad el recorrido de mis ojos a
tu cara sin distracción alguna, quedé absorto en la perfecta simetría de tus
ojos ámbar, adorablemente enmarcados en tus copiosas cejas hasta anclar mis
pupilas en el natural carmesí de tu boca, mientras mi mano derecha recorría todo el sur de tu brazo hasta tus dedos.
Extrañamente
después de estar conversando tan animosamente, en unos pocos
segundos, nos habíamos quedado mudos…
No
sabíamos que decir…
aunque
ese mismo silencio nos gritaba a todo pulmón lo que debíamos hacer!!!
Como
un joven inexperto y llevándome de las múltiples historias de mis amigos,
precipité mi boca hacia tus labios carnosos en un acto casi bárbaro, cambiando toda el aura mágica del momento,
por un exabrupto de ansiedad…
Tus
labios no me rechazaron… Con un delicado movimiento hacia atrás, a una
velocidad perfecta para no causar la impresión de rechazo, pero llamando la atención
sobre lo brusco y poco romántico de mi proceder, tu boca supo acomodar
armoniosamente nuestros labios para lograr salvar el momento; pero casi inmediatamente tu respiración alejándose de mi mejilla daba cuentas del final
de ese inolvidable momento… [El Primer Beso!]
Pero
ese proceso de alejamiento solo procuró el espacio apropiado de nuestros labios
-- a una perfecta “V” de distancia formada por nuestros brazos: mis manos que buscaban acomodarse entre tus sienes y tus mejillas, y las tuyas que se posaban detrás de mis orejas…
Nuestros
ojos volvieron a encontrarse…
Entonces
tomaste la iniciativa. Haciendo por pausa el tiempo que tomó ese breve y
sensual parpadeo de tus ojos y dando perfecto
cumplimiento a la teoría del 90-10, tus labios recorrieron sin prisa el 90% de la distancia que los separaba de los míos y con un sutil toque de la
palma de tus manos detrás de mis orejas me invitaste a completar el recorrido
del 10% restante…
Bajo
la sombra de aquel árbol nuestros labios se encontraron nuevamente, esta vez
ligeramente entreabiertos. Toda mi piel reaccionó como magnetizada al sentir tus
manos tras mis orejas, las mías entre sus sienes y tus mejillas, el sabor de
tus labios en los míos y debajo de nuestras narices la cálida sensación de nuestra
respiración común. [El Primer Segundo Beso!!!]
Inolvidable,
Eterno.
Así
lo imaginé siempre…
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Debo
precisar que cuando en la parte introductoria hablo de invocar al pasado, la
cita no es sobre la conversación que escuché, sino más bien, de mi por tanto
tiempo adormecido deseo de escribir…
El
tiempo que me he tomado para narrar este post, ha sido un oasis, en este
convulsionado mundo de la madurez y sus responsabilidades, para sumergirme –aun
sea por este corto momento, en uno de mis más atesorados anhelos.
Mis Memorias LXI: Ese Memorable Primer Segundo
Beso -
Reynaldo Cruz Rijo
19 Enero 2019