domingo, 17 de abril de 2011

Mis Memorias XXXVIII (Protegido -Protected).-

Una de esas anécdotas que marcan la vida de una persona, me ocurrió siendo yo aun un mozalbete (debía tener 15 o 16 años para ese entonces). Me encontraba en la iglesia del sector donde me crié, “cumpliendo” --como se decia entonces y unos pocos hacen hoy, con un amigo que había perdido a un ser querido. Estaba el sacerdote dando el sermon cuando de repente se sintió un ligero temblor de tierra.
Si bien fue algo leve, los presentes nos miramos unos a otros como preguntandonos en silencio “tu tambien lo sentiste?”, el sacerdote seguia su sermon como si nada hubiese ocurrido.
A seguidas volvió se sentirse el temblar de la tierra… esta vez algunos de los pocos asistentes empezaron a salir de la parroquia –algunos de manera discreta pero diligente y otros sin ningun disimulo…
En ese momento el sacerdote, que estaba leyendo, haciendo referencia a las lecturas recien leídas, interrumpió su cita biblica, levantó la vista a la audiencia y con una tranquilidad que no he podido olvidar dijo:
- Que les pasa?, adonde van?
- Pretenden acaso encontrar un mejor lugar para refugiarse?
Desde ese entonces suelo sentirme “protegido” cuando estoy dentro de un templo.


Pero recientemente (mas de 25 años despues) me ocurrió algo que me hizo replantear mi definicion de “Proteccion”.
Mi esposa y yo habiamos decidido participar, junto con las niñas, de una actividad religiosa en la iglesia del sector. No somos lo que se dice una familia integrada a las actividades de la iglesia en la comunidad; pero por “un azar del destino” aceptamos esta invitación que una persona amiga nos habia hecho.
Yo había llegado primero y mi esposa me alcanzaría mas tarde con el resto de la familia.
Era la primera vez en mucho tiempo, en la que me encontraba “solo” en un templo y aunque habian otros asistentes en el evento, dado que como dije anteriormente no somos “caras conocidas” en ese lugar, eso me permitió encontrar en aquel lugar una intimidad “sin mayores interrupciones”.
Me setia tranquilo… En paz…
Al llegar a la actividad, una de mis hijas me dice, “Papi, te robaron la goma de repuesto del vehiculo…”
En un principio, no lo creí… “Yo estoy protegido!!!” me decia en mis adentros…
Tranquilo y en paz --como me encontraba -- me dirigí confiado a donde había dejado el vehículo, mi hija (la portadora de la noticia) me seguia atenta unos pasos detras de mí. Estaba un poco oscuro, pero aun así pude divisar en su justo lugar el cobertor de la goma de repuesto, lo que me hizo pensar que todo habia sido una confusión.
Ya mas de cerca, toque el cobertor y le dije a mi hija, “Todo se ve bien… Seguro te habrás confundido…” . Entonces ella introdujo su mano por debajo del cobertor y me dijo, el cobertor está, pero la goma de repuesto no!!
Fué en ese momento que me percaté que el sello de seguridad del cobertor había sido violado. Al removerlo comprobé que en efecto, me habian robado el neumatico de repuesto –a pesar de que este tenía tormillos de seguidad (2 diferentes por cierto) adicional a la seguridad del cobertor.
Comprobado el hecho, procedí a mover el vehículo a un lugar con mayor iluminación, reconociendo que no tomé las medidas de precaucion adecuadas que demanda la realidad del pais y retorné al salon donde se realizaba la actividad –que no habia iniciado formalmente aún.
Algunos que habian escuchado la noticia me esperaban a la entrada del salon y me pregutaban, que pasó?
Yo confirmé el hecho y sin mayores detalles le dije a los demas miembros de mi familia que pasaramos al salon, donde yo ya habia reservado unos asientos.
Para mi, realmente fué una gran velada.
Fue como un spa para mi alma…

Retornamos a la casa, con un hueco en la parte trasera del vehiculo que daba cuentas de que era la nueva víctima del momento, pero sentado en el volante de ese mismo vehículo había una persona tranquila y en paz…
Una persona “Protegida”…


Mis Memorias XXXVIII (Protegido -Protected).-
Autor: Reynaldo Cruz Rijo
Abril 2011